Alejo Hernández: Un ejemplo Larense
Ana Uzcateguí | LA PRENSA de Lara.- Alejo Hernández, no nació en Venezuela, pero se siente más venezolano que cualquiera. Su nombre es sinónimo de esfuerzo, dedicación, excelencia y humildad, y ha logrado estar en los anales de la historia como un empresario próspero, que ha contribuido al desarrollo económico y sustentable del país.
Se levanta todos los días de madrugada para viajar de Barquisimeto al Valle de Quíbor. A las seis de la mañana ya está recorriendo las miles de hectáreas del complejo agroindustrial más grande del estado Lara, referencia Latinoaméricana.
A su paso, sus trabajadores lo saludan con admiración y los de mayor confianza le dan un apretón de manos y le llaman "El Tornillo", son aquellos que llevan 49 años trabajando a su lado en La Hacienda El Tunal.
Alejo Hernández, en Lara genera más de 4 mil 500 empleos directos. Ha dedicado su vida entera a la producción de alimentos, y cuando se le pregunta cómo ha logrado un emporio industrial, piensa en todas las dificultades que ha pasado y los sacrificios hechos, pero no titubea al responder que la clave, ha sido rodearse de un buen equipo de trabajo. "En Quíbor hay gente buena y trabajadora, lo mejor de este país es su gente", sentencia.
Contó que a la edad de 15 años, tras emigrar de las Islas Canarias, se dedicó a ayudar a su familia cultivando la tierra al llegar a Venezuela.
En un principio se estableció en San Felipe pero su verdadera oportunidad de trabajar la encontró en Quíbor. "Comencé aquí, trabajando en un tractor. Aprendí a sembrar, pero siempre me preocupé por conseguir el agua necesaria para producir", contó.
Como el municipio Jiménez carece de agua, se fue hasta Falcón y Maracaibo. "Allá conseguí unas tierras, hice unos pozos, pero me quedé sin reales al poco tiempo", para ese entonces Alejo debía 30 mil bolívares que estaba determinado a pagar.
Regresó a Quíbor con una deuda, pero con unas ganas enormes de emprender. Relató que un conocido le prestó 10 mil bolívares con los que compró un lote de tierras de 10 héctareas.
Allí se empezó a construir La Hacienda El Tunal, donde sembraba cebolla, tomate y pimentón. "Con eso arranque, después fui a El Tocuyo, visité a los Anzolas, que eran prestamistas. Me prestaron 20 mil bolívares, con los que pude comprar unos tractores y así comencé. Desde entonces no hemos parado", mencionó.
Actualmente son líderes en el mercado en la producción de alimentos lácteos, embutidos y carnes, sigue sembrando cebolla, y en Portuguesa maíz para el consumo de animales. Crían ganado ovino, porcino, caprino, bovino y avícola.
"Tenemos siete mil 300 reses, ordeñamos dos mil 600 vacas en estos momentos", indicó. Tiene una planta de leche en la hacienda El Tunal y otra en Chivacoa, más el matadero El Paso. Son una empresa modelo para la nación