Vacío e impunidad llenan de dolor a familias de víctimas de ejecuciones
Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Cada espaldar tenía impreso el nombre de víctimas de protestas de 2017 y algunas ejecuciones extrajudiciales, una forma de expresar el dolor de familiares que aún lloran sin perder las esperanzas en la justicia. Así se desarrolló la sexta edición del encuentro "Sillas vacías" en la urbanización Terepaima, con el firme compromiso de seguir luchando en resistencia porque se cumpla el debido proceso.
Fue una mezcla de lágrimas por el profundo duelo de los caídos en las protestas, pero también por la ausencia de parientes que emigraron a buscar mejores condiciones de vida o por el fallecimiento de seres queridos a consecuencia de la falta de capacidad en centros asistenciales públicos, así como enfermos crónicos que no pueden cubrir su control ni fármacos de alto costo. Una explosión de emociones acompañada por la organización Movimiento Vinotinto y defensores de derechos humanos.
El padre, Raúl Herrera, bendijo a los presentes y pidió por el respeto a la dignidad junto a una oración que siga fortaleciendo a los padres que siguen defendiendo el legado de hijos que creían en el bienestar como nación.
Se escuchó a Rosángela Durán, hermana de Roberto Durán, que sigue buscando la justicia pese a dificultades que empiezan con casos pasados a tribunales en Caracas. Además del llanto de Yaneth Hernández, mamá de Yoinier Peña, quien padecía de discapacidad motora y al momento de ser herido no tuvo la atención médica. Luis Alejandro Sosa también intenta mantener el tono alto, sin esa voz entrecortada y que se quiebra al extremo, al mencionar el nombre de su hijo Manuel Sosa. Mientras Damary Avendaño no sólo extraña a su hijo Nelson Arévalo, sino que lo compara con el vacío que atraviesa la familia venezolana por tanta fractura.
Las ejecuciones por el extinto FAES también dejaron el luto en Carmen Pérez por su hijo Euvis Peroza y Fanny Castillo por su nieto Luis A. Pérez.
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