33 sacerdotes venezolanos son autorizados para exorcizar
Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- "El demonio existe, pero sólo actúa cuando se le deja actuar". Así lo asevera monseñor Jesús González de Zárate, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), al revelar que del 15 al 18 de febrero se desarrolló en el país la primera asamblea para formar a sacerdotes que sean capaces de identificar a personas que estén poseídas por espíritus malignos, puedan aprender a expulsarlos, y aparten de las prácticas del ocultismo a quienes se encuentren atormentados por invocar al diablo o hacer daño.
Según el canon 1.172 del Derecho Canónico, no cualquier persona tiene licencia para expulsar demonios, sólo los obispos y presbíteros piadosos, doctos, prudentes y con integridad de vida, tienen esa capacidad. En Venezuela sólo existían 11 sacerdotes con autorización para exorcizar, y con la realización de la asamblea fueron designados 22 más, que iniciaron su camino de estudio arduo y que hasta ahora sólo habían manifestado tener un carisma espiritual especial, o habían tenido experiencias como ayudantes de exorcistas.
"En el país hay 44 diócesis, pero la gran mayoría no tienen exorcistas a diferencia de lo que ocurre en otros países. No hay que negar la realidad, aquí buena parte de la sociedad se mueve por la curiosidad de tener contacto con fuerzas malignas, la búsqueda esotérica, una cierta preponderancia del demonio, del espiritismo y ritos de la cultura mágico religiosa venezolana. Por eso el interés de este grupo de sacerdotes, que con la anuencia del obispo, buscan formarse para saber cómo actuar cuando se presenten casos de personas posesas", expresó monseñor González, quien también es arzobispo de la Arquidiócesis de Cumaná.
Según contó el padre Ronny García, canciller de la Diócesis de Guasdualito y único representante venezolano en la Asociación Internacional de Exorcistas, desde que inició la pandemia, la iglesia católica ha notado un aumento de rituales sobrenaturales por el miedo de las personas a la muerte.
"El venezolano es muy religioso, creyente, lo único que se han dado tantas cosas en el país que la población ha sido muy golpeada y se ha desvirtuado. Esas personas que recurren a la brujería yo las llamo ovejas descarriadas, porque dicen: sí creo en Dios, pero voy primero a ver que tanto me dice un brujo, un santero, por el miedo. Pero también así como ha aumentado tantos operadores del ocultismo, ha habido un despertar muy fuerte, la gente quiere conocer lo que es capaz de hacer el demonio y somos los sacerdotes los que tenemos que guiar a los feligreses", apuntó.
El diablo suelto
En medio de las prácticas paganas que han proliferado en el país durante la pandemia, un sacerdote de La Grita, estado Táchira, accedió a contar a LA PRENSA cómo en el 2021 le tocó enfrentar a un espíritu del mal, y aunque pidió el anonimato, detalló cómo fue su preparación. Dejando claro que un sacerdote que se ha dedicado a estudiar los documentos de la Santa Sede para saber exorcizar, sabe diferenciar entre una persona endemoniada y otra que tiene una enfermedad mental.
"Casos hay muchos, pero incluso para hablarle claro hay sacerdotes que los encuentran y tratan de desviar el tema asegurando que se trata de comportamientos psicológicos. El demonio tiene una corte celestial de ángeles, querubines, serafines. Así como hay una corte en el cielo el demonio también tiene una corte en el infierno, y envía a sus ángeles para engañar, seducir y separar las almas de Dios a través de la mentira por medio del pecado", expresó.
Puede más la fe
El cura de una de las iglesias La Grita, en el municipio Jáuregui, aun recuerda cómo a las cuatro de la madrugada de un domingo, un grupo de jóvenes lo despertaron tumbando la puerta de su iglesia y gritando. "Estos muchachos se encontraban en una fiesta en el sector La Cuarta, y estaban jugando la Ouija. A uno de los chamos, que tenía 17 años se le incorporó un espíritu maligno y aunque lo llevaron al hospital, la propia directora del lugar, una mujer creyente del catolicismo, mandó a buscar la ayuda sacerdotal porque los características que mostraba el paciente no tenían nada que ver con la ciencia médica", relató.
El padre al atender las suplicas de los jóvenes, recuerda haberse encomendado a Dios y la Santísima Virgen, aun teniendo mucho miedo. "Me trasladé hasta el altar, y allí me arrodillé ante el Santísimo para pedirle al señor la gracia y la fuerza necesaria", exclamó.
Afirma que se revistió con alba y estola de color morado, echó en un envase agua bendita, agarró un crucifijo y la Biblia. También lo acompañaron un grupo de personas de la Renovación Carismática Católica y de la liberación. "Es muy importante ir acompañados, porque mientras el sacerdote está haciendo el exorcismo los demás están orando alrededor", recalcó.
Al llegar a la emergencia del hospital vio al joven sostenido por seis hombres que no podían con él, por la fuerza sobrehumana que desarrolló. Estaba desnudo y rasgándose la piel.
"Lo primero que hice fue echarle agua bendita y lo que el joven hacía era escupirme la cara, brincaba, me insultaba. Procedí a aplicar el rito, empecé con el Prólogo de San Juan y apliqué varias oraciones. Se utiliza una devoción mariana de la Santísima Virgen con el nombre de Madre de la Divina Misericordia", detalló.
El sacerdote estuvo tres horas lanzando oraciones como parte del ritual, intentando sacar el demonio. "Hubo un momento que tuve que salir y me fui a la capilla de las mojas al lado del hospital, a pedirle al señor. Le dije: Dios ayúdame a liberar a este joven y sanarlo, no permitas que el maligno se burle de mí, yo soy tú sacerdote, dame la fuerza y la gracia de llevar a este joven por el bien", recordó.
En medio de sus oraciones sintió que el señor le dijo que llevara al muchacho a la capilla grande del hospital. Lo trasladaron en una silla de rueda y lo acostaron en el piso. Tres religiosas se acercaron a ayudar.
"Hubo un momento que fui al Sagrario, saqué el Santísimo Sacramento y me arrodille al frente del joven y se lo puse en el cuerpo, pero durísimo. Así como el demonio les da una fuerza, Dios también le da fuerza al sacerdote. El joven me respondió con una voz extrañísima y gritó: ¡quítamelo, me quema, me quema!. Entonces se lo mantuve fuerte entre el pecho y el estómago hasta que se desmayó. Cuando volvió en sí, era totalmente él de nuevo", comentó. El exorcismo culminó a las 7:30 de la mañana.
No es como el cine
Según explica el sacerdote Ronny García, representante de Venezuela ante la Asociación Internacional De Exorcistas, el 95% de las películas de exorcismo que ha difundido Hollywood a lo largo de la historia, como El Exorcismo de Emily Rose o el film que protagonizó la actriz Linda Blair, son ficción.
"En las películas de exorcismos se le da más poder al diablo que a Dios y más que al propio exorcista", dijo.
Informó que ya solicitaron a la Conferencia Episcopal Venezolana, a monseñor Monseñor Jesús González de Zárate, institucionalizar la Asociación de Exorcistas de Venezuela y actualmente se están analizando los estatutos su función será la de formación.
"Los sacerdotes estamos pidiendo que se abran nuevamente los seminarios, las casas de estudio, casas de formaciones, institutos religiosos y se dé a conocer el Ministerio de la Pastoral de la Consolación y Ministerio del Exorcismo, no es tanto para que se vea como un tema de cómo sacar un demonio, sino cómo prevenir la acción precisamente del demonio, porque también es cierto que algunos hermanos no respetan los lineamientos y pagamos justos por pecadores", manifestó.
Informó que los exorcismos se clasifican en dos: el exorcismo menor y el exorcismo privado que es el rito del exorcismo como tal. "Cada vez que bautizamos hacemos el rito del exorcismo menor, y ese rito se puede aplicar a cualquier persona que pueda tener una perturbación", refirió.
Sostiene que en la Asamblea de Exorcistas en Venezuela desarrollada en febrero, participó el padre Francesco Bamonte que es el presidente de la Asociación Internacional de Exorcismos, y el padre Piermario Burgo que es uno de los autores de las "líneas guías del exorcismo" en el Vaticano, además de profesores de Brasil, Argentina, Roma y del Colegio de Exorcistas Arquidiócesis Primada de México.
"Los sacerdotes que se forman en esto deben aprender Angeología y Demonología, porque el diablo es un ángel, caído pero es un ángel. Formación en la Providencia de Dios, la Superstición, todo lo que es la acción ordinaria del demonio que tiene dos fases: la ordinaria que es la tentación y la extraordinaria", explicó.
También requieren ver una materia que se llama Discernimiento entre Psicopatología Y Acción Extraordinaria del Demonio, "es uno de los temas fundamentales que se le da al exorcista, porque hay patologías psiquiátricas, pero también existe un diagnóstico de posesión diabólica que hay que saber identificar",.
Argumentó que así como hay exorcismos para personas, también para lugares o imágenes. "Los operadores del ocultismo preparan imágenes y las llevan a los lugares donde están las personas que quieren hacerle daño, eso es brujería, la hechicería. Una oración de maldición, de atadura el sacerdote debe guiar la liberación", aseveró.
Hay una línea delgada entre posesión diabólica y enfermedades mentales
Según explicó el sacerdote Ronny García, quien además de exorcista es médico general especialista en salud pública, hay una diferencia sustancial entre lo que es una persona posesa del mal y una enfermedad mental como la esquizofrenia. Por eso los curas designados para formarse en el Ministerio del Exorcismo dedican años de estudio para poder discernir ante un caso.
"Hay unos signos visibles que identifican a una persona cuyo espíritu ha sido apoderado por el maligno, comienzan a hablar en lenguas extrañas, sacan de repente una fuerza extraordinaria, comienzan a manifestar rechazo por lo sagrado, las misas no la soporta o si está dentro de la misa comienza a lanzar herejías, siente ardor cuando el agua bendita lo roza, sí antes usaba cadenas con imágenes religiosas o crucifijos ya no los puede utilizar", indicó.
Mencionó que estas personas también comienza a tener una obsesión diabólica, agreden a su pareja, sus hijos, padres. "La persona comienza a sentir angustias, comienza a rechazar cualquier tipo de reuniones y tratan de aislarse, sienten ira repentina, comienzan a maldecir, es decir hay un cambio de temperamento brusco o puede ser gradual", señaló.
Quienes practican rituales paganos también son víctimas de vejaciones del demonio, pueden experimentar agresión física, cortes, golpes, moretones, hinchazón, llagas, letras en el cuerpo o signos satánicos. "Sienten mucho fastidio, comienzan a sentir olores fétidos, sienten que son golpeados, que de pronto se acuestan en la cama y amanecen acostados en el piso, que son trasladados. Pueden sentir también que le lanzan heces fecales", argumentó.
Trastorno mental
Marco Tulio Mendoza, psiquiatra, señaló que las personas que tengan una enfermedad como la esquizofrenia, lo primero que experimenta es el cambio de su conducta, empieza a oír voces, se ven afectados los cinco sentidos, experimentan sabores raros en la boca, sufren de paranoia.
"La paranoia son ideas falsas que las personas consideran verdaderas y las más frecuentes son de daño y prejuicio. Creen que los quieren matar, que la perjudicó su familia. De ahí es donde se han presentado casos que una persona se vuelve loca y mata a sus padres, hijos, hermanos, porque creía que lo querían asesinar", expresó.
Señala que una característica fundamental a tomar en cuenta es que una persona poseída se cura una vez que un sacerdote aplica un exorcismo, un paciente mental no.
Argumenta que hay enfermedades físicas que también pueden generar trastornos psicológicos como el hipotiroidismo, donde las personas se comportan como un loco, lo mismo ocurre con mujeres que tienen trastornos hormonales y caída brusca del estrógeno. En días previos al periodo las mujeres pueden experimentar ira, pero ambas enfermedades se pueden controlar con un cambio en el estilo de vida y tratamiento médico.
El párroco del Santuario el Nazareno, parroquia Sagrada Familia en Los Rastrojos, Daniel Guerra , quien es exorcista designado por la Arquidiócesis de Barquisimeto, indicó que en ocasiones, los sacerdotes que realizan la liberación espiritual de una persona, les piden que se traten con un psicólogo, que le puede dar un diagnóstico de su conducta, a su vez con un psiquiatra, que ante una enfermedad le puede recetar el tratamiento que necesite.
"Desgraciadamente muchos personas ante una enfermedad se van directo a la brujería, pero un brujo lo que hace es invocar a un espíritu más fuerte y cuando comienza a cobrar, como decimos nosotros en criollo, va a ser peor porque si no podía con uno más débil ahora con el fuerte menos. Las personas incluso corre el riesgo de perder la vida", advirtió el sacerdote.
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