Zona del crimen: hombre cegado por los celos asesinó a su esposa
Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Con sus propias manos acabó con los más de cuarenta años de unión. A María Isidora Pérez (64) la mató su esposo, el cuerpo de la dama fue enterrado en el patio de su vivienda, ubicada en La Playa de Santa Isabel, al oeste de Barquisimeto.
María Isidora era muy coqueta, siempre le gustaba cargar pulseras y andar maquillada. Se pintaba hasta para ir a comprar a la bodega, sus hijas siempre le obsequiaban accesorios para que los luciera.
Por más de cuatro décadas, María Isidora y José Nicolás González estuvieron casados y tuvieron cinco hijos. La pareja residía en la carrera 10 entre 8 y 9 de La Playa de Santa Isabel. Pero de un tiempo para acá, el hombre estaba cegado por los celos y no le gustaba que la dama se "arreglara".
Los problemas por celos cada día eran más constantes, ambos discutían fuertemente. Sus vecinos comentaron que siempre se la pasaban discutiendo, pero sólo decían que se trataba de cosas de parejas.
Los hijos de María Isidora fueron a su casa para visitarla, pero no estaba, en el lugar se encontraba sólo su padre José Nicolás.
Papá, ¿y mi mamá, dónde está?, preguntó uno de los hijos de la pareja, era muy extraño que ella no llegara a la casa, pero él le contestó que la señora le hizo desayuno, lavó la ropa, agarró el celular, las llaves y se fue.
Pero les pareció muy extraño, María Isidora había dejado sus documentos personales en la casa y aunque la llamaron a su celular, no contestó.
Desaparecida
El 27 de febrero de 2016, los hijos de María Isidora decidieron poner la denuncia de su desaparición, luego que el señor José Nicolás les contara que la dama no había llegado a la vivienda.
Tanto la familia como los vecinos de Santa Isabel comenzaron a buscarla, primero en los centros de salud, comisarías y hasta en la morgue, pero no dieron con ella.
Los hijos de la dama estaban desesperados, pues ella no acostumbraba a salir de casa por tantos días y sin comunicarse con sus hijos.
"La última vez que la vieron a ella fue cuando regresó de una misa. Ella era una persona muy amable y muy conversadora. ¡Qué lamentable que ya casi sean seis años de su muerte!", comentó una vecina.
Macabro plan
José Nicolás sabía dónde estaba y sabía qué le pasó. El hombre se ponía muy nervioso cada vez que le preguntaban por María Isidora, caminaba de un lado a otro dentro de la vivienda.
Un día antes de que reportaran la desaparición de la señora, José Nicolás habría asesinado a la mujer, la golpeó en la cabeza y al notar que estaba muerta decidió deshacerse del cuerpo.
El hombre arrastró el cuerpo hasta el patio y excavó la tierra, luego lanzó el cadáver y sepultó. Trató de ocultar el crimen lo más que pudo, pero con el pasar de las horas, la familia se enteraría.
Los hijos se reunieron en la casa e interrogaron al papá, pero él no daba información.
El hombre decidió salir de la vivienda y se llevó a una de sus hijas, con quien tenía más confianza. Fue justo en ese momento en el que él confesó lo que le había hecho a su esposa.
La hija gritó desesperada y corrió a la casa, ahí fue cuando José Nicolás logró huir del sitio.
En medio del llanto, la mujer contó lo que había hecho su padre. Sabían de la confesión de José Nicolás, pero no tenían conocimiento de dónde estaba el cuerpo.
El primero de marzo, los hijos de María Isidora y uno de sus nietos habrían observado que en el patio de la casa la tierra estaba humedecida y decidieron excavar.
A los pocos minutos encontraron una pulsera de María Isidora, destrozados continuaron excavando y hallaron un collar, luego entre la tierra se observó el pie de la dama.
Los familiares terminaron de quitarle la tierra al cuerpo, lloraban desconsoladamente, pues se trataba de su madre. De inmediato llamaron a los funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc para que hicieran las experticias.
Los vecinos no lo podían creer, esa noche se acercaron a la casa para hablar con los hijos y darles consuelo.
Una de las hijas de la víctima estaba pegada a una pared blanca, lloraba y sólo decía que su papá era un celoso, pero sin razón.
El Cicpc llegó al sitio para hacer las experticias, hicieron el levantamiento del cadáver y lo trasladaron hasta la morguecita del Cementerio Nuevo, ubicado en la avenida Florencio Jiménez.
Al día siguiente, al cuerpo de María Isidora le hicieron la autopsia y el resultado fue que la dama murió a consecuencia de un golpe en la cabeza, que fue ocasionado con un objeto contundente.
Para ese momento, los uniformados no especificaron cuál era el objeto y tampoco fue ubicado.
Sin rastros
Luego de la confesión, José Nicolás se fue sin dejar rastros. Ese año, durante el velorio de la dama una de sus hijas, en medio de su dolor, decía que su padre no regresaría.
"Él nos quitó a mi mamá, pero no se dio cuenta que se estaba saliendo automáticamente de esta casa", dijo para ese momento una de las hijas de la víctima.
El velorio de María Isidora fue en su casa, el féretro estaba rodeado de sus familiares y amigos cercanos.
Los vecinos no salían del asombro de lo ocurrido, pues aunque José era celoso, nunca mostró agresividad contra ella. Pero desde que reportaron su desaparición, comenzaron a ver actitudes extrañas en el hombre que los llevó a sospechar.
Mientras que se llevaba a cabo el funeral de María Isidora, los funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc buscaban a José Nicolás por ser señalado como el homicida de la dama, pero no lograron ubicarlo.
72 horas después
Tres días después del hallazgo de María Isidora, su esposo se entregó ante los funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc y les aseguró que lo hizo porque "estaba obstinado".
El 3 de marzo, el hombre se entregó de manera voluntaria ante el Cicpc. Según contaron las fuentes del Cicpc, ese día el hombre les contó a los funcionarios que cometió el crimen porque tenía muchos problemas de celos.
Durante tres días, José Nicolás se estuvo escondiendo de los cuerpos policiales. Luego de huir de Santa Isabel se fue hasta Quíbor, municipio Jiménez, donde estuvo en casa de unos familiares.
Pero no aguantó la culpa de haber asesinado a su esposa, con quien mantuvo una relación durante 44 años, y decidió entregarse.
Luego de ser detenido, al hombre lo presentaron ante Tribunales larense y el Ministerio Público logró privativa de libertad para José Nicolás González (66), de oficio albañil, por estar señalado como el responsable de la muerte de su esposa.
Condenado a 20 años de prisión por femicidio agrava
Luego del proceso judicial en contra de José Nicolás González, el 13 de marzo de 2017 se celebró el juicio donde fue condenado a 20 años de prisión.
En marzo de 2016, la fiscal 3ª de Lara imputó al sexagenario. La audiencia de presentación se llevó a cabo en el Tribunal 2°, en materia de Violencia de Género, instancia que a solicitud del Ministerio Público dictó la medida privativa de libertad contra el albañil.
Tras pasar doce meses y según el documento publicado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el hombre fue acusado por el Ministerio Público por el delito de femicidio agravado, previsto y sancionado en el artículo 57, de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Según el documento, el hombre debía pagar la condena en la Comunidad Penitenciaria Fénix Lara.
Han pasado cuatro años desde que se condenó al hombre. LA PRENSA trató de conocer más detalles sobre el estado en el que se encuentra el privado de libertad, pero no pudo ser posible.
Violento
En 2016, mismo año en que fue asesinada María Isidora, se cometieron 52 muertes violentas en contra de mujeres, según los registros de LA PRENSA.
La mayoría de las mujeres asesinadas en 2016, fueron víctimas de violencia por parte de sus parejas.
Lo que alarma de estas cifras es que ninguna de las damas muertas o familiares de las víctimas han acudido a cualquier ente gubernamental que vele por los derechos de las mujeres a denunciar algún síntoma de violencia, de quienes las atacan y terminan siendo sus victimarios.
Fundaciones dedicadas a la defensa de la mujer piden a las víctimas que denuncien, que no se queden calladas y así evitar más muertes.
Casos se repiten en el país
El caso de María Isidora no es el único, en Venezuela esta escena se ha repetido varias veces. A Maikelis Morales Pérez, de 22 años, que se encontraba desaparecida en Portuguesa desde septiembre de 2020, la asesinaron de un golpe en la cabeza con un hacha.
El 3 de marzo, la osamenta de la víctima fue localizada donde su expareja, Daniel José Martínez, quien confesó que la había enterrado en el patio de una parcela donde ambos vivían, ubicada en el sector Negra Hipólita, caserío El Chigüire, del estado Portuguesa.
Martínez excavó metro y medio de tierra para enterrar el cuerpo de su expareja y así poder ocultar el crimen cometido, en medio de un ataque de celos. Aunque evadió las investigaciones del Cicpc por cinco meses, funcionarios lograron detenerlo en el estado Lara.
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