"Revolucionarios prefieren inmolarse"
Ágatha Reyes | La Prensa de Lara.- El gobierno de Nicolás Maduro pareciera estar en una etapa cumbre, donde cada paso que da se convierte en una puerta para aumentar el rechazo a nivel internacional, que según la internacionalista Giovanna De Michelle ronda incluso a países aliados, que con su silencio ante el conflicto político venezolano se desmarcan de forma silente del modelo socialista de Maduro.
De Michelle explica que luego de los hechos del 23 de febrero, donde a través de la violencia en las fronteras con Brasil y Colombia, se impidió el ingreso de la ayuda humanitaria al país, Maduro quedó ante la mirada de gobiernos del mundo como el heredero de un ?estado forajido? que no logra cumplir sus compromisos con sus gobernados y que además no está dispuesto a ceder para que la crisis económica, política y social pueda ser enfrentada.
Aunque la situación en el país se torna insostenible para el gobierno de Maduro, por el poco margen de maniobra económica, la analista señala que los mandatos ?revolucionaros? no tienen por costumbre ceder sino ?inmolarse? aunque en el caso de Maduro signifique la pérdida del poder que heredó una vez asumió la presidencia.
El gobierno dice que salió victorioso al no permitir que las medicinas y alimentos ingresaran al país. ¿Pero realmente qué se logró?
Ahora no sólo se ve a Maduro como el que dirige a un estado fallido, sino que se ve también como la herencia de un estado forajido que no cumple con sus compromisos. Indudablemente para un gobierno que se autodefine como revolucionario y que ha defendido la hegemonía comunicacional es importante mantener un control en su discurso y sostener la imagen de control frente al adversario, pero es sólo una táctica que se usa en conflictos militares. Los gobiernos revolucionarios no renuncian, ni ceden, no abandonan su proyecto, prefieren inmolarse antes de obtener una derrota que significaría la perdida de poder político no sólo para Maduro, sino de todo un modelo que llego a convertirse en proyecto de exportación.
¿Qué llevó a que Venezuela hoy se encuentre en esta emergencia humanitaria compleja; la corrupción o las faltas de políticas efectivas?
La crisis humanitaria se sustenta en un trípode de circunstancias. Una indudablemente tiene que ver con la corrupción, la falta de rendición de cuentas y transparencia por parte del gobierno. La segunda pata de ese trípode tiene que ver con las malas políticas en materia económica, el sostenimiento de un control de cambio y la centralización de todo lo que tiene que ver con el otorgamiento de divisas para la adquisición de medicamentos y alimentos. Y la tercera tiene que ver con la destrucción del aparato productivo en el país.
¿Por qué la negativa del gobierno de no permitir el ingreso de la ayuda humanitaria?
Se ha producido un cambio de comportamiento en el gobierno. Al principio había una negación rotunda a la emergencia humanitaria, en foros internacionales se llegó a decir que Venezuela producía alimentos para atender a cinco naciones. Ahora sí acepta la crisis mas no la ayuda por parte de países que son considerados imperialistas, con lo que se le ha dado matiz ideológico a la situación.
Es decir, se acepta la crisis y la presencia de buque hospital Chino, pero se rechaza el que viene de EE.UU, aceptan que se solicitó ayuda a Rusia mas no a EE.UU. y además dicen que están enviando comida contaminada. Es decir, es un esquema ideológico de hace 20 años.
¿Que hay detrás de la ayuda humanitaria que han ofrecido EE.UU, Colombia y Brasil?
Tomando en cuenta que el gobierno de Nicolás Maduro no está dispuesto a aceptarlo y que no se utilizaron los canales regulares para estos asuntos, pareciera indicar que existe un interés político de mostrarle al mundo la actitud obstinada de Nicolás Maduro en lo concerniente a la ayuda humanitaria. La respuesta que dio Maduro el pasado 23 de febrero, lamentablemente hizo que se ridiculizara la posición de buena parte de la comunidad internacional con relación a la crisis humanitaria.
Países miembros del Grupo de Lima aseguraron aumentar las sanciones diplomáticas ¿Cuál es el peso real de estas medidas?
Se crea un cerco mayor, es decir, se disminuye el margen de maniobra del gobierno. En los próximos días vamos a ver un cerco mayor por las sanciones a Nicolás Maduro y sus altos funcionarios; ya hubo pronunciamiento por parte del gobierno de Perú que retiraría las visas a los diplomáticos acreditados en ese país y posiblemente otros hagan lo mismo.
El oficialismo intenta mostrar un rostro de fortaleza, pero realmente ¿Cómo se encuentra el gobierno ante el cerco internacional y el aumento de las presiones internas?
En la sesión del Consejo de derechos humanos de la ONU vimos cómo los diplomáticos abandonaron sus asientos cuando comenzó hacer uso de la palabra Jorge Arreaza, lo que se constituye como una expresión categórica de rechazo y desconocimiento a la gestión de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela.
¿Está acorralado el gobierno de Nicolás Maduro?
Todavía tiene un pequeño margen de maniobra, pero sin lugar a duda se ha ido reduciendo su capacidad. Ya no cuenta con muchos de los países, no porque se coloquen en la acera del frente sino porque no estándispuestos a continuar apoyándolo. El caso de China es interesante porque plantea la necesidad de un diálogo para ver cómo se sale de esta crisis. China está reconociendo que existe una crisis a nivel interno que requiere corrección.
¿Y Rusia que es uno de los países aliados y de quien el gobierno de Maduro acepta la ayuda humanitaria?
Rusia aunque se mantiene con mayor respaldo, por así decirlo, también le hizo ver a Maduro que era necesario algunos cambios en las políticas económicas a nivel interno para que el país reciba a los inversionistas rusos, es decir, hay un reconocimiento de que no se están haciendo las cosas bien en Venezuela.
Países aliados a Nicolás Maduro también han estado de bajo perfil ante la crisis venezolana ¿Por qué?
Se percibe mucho silencio por parte de algunos aliados latinoamericanos como el caso de Bolivia, porque en estos momentos al presidente Evo Morales no leconviene retratarse o apoyar al gobierno venezolano, porque está enfrentando el rechazo por haber participado en un proceso electoral que los bolivianos habían dicho que no querían, a esa negativa se sumaria el rechazo implícito a un gobierno que ha generado dentro de su país tanta dificultad, es decir que incluso los aliados van marcando distancia y los apoyos van siendo cada vez mas tímidos y cada vez quedan menos socios al gobierno de Maduro.
Del Consejo de la ONU se esperaba que países apelaran a una intervención militar ¿Por qué no se ordenó?
Nunca estuvo planteada de manera explícita la opción intervención militar sobre territorio venezolano. Algunos quisieron interpretar al presidente Donald Trump cuando dijo que ?todas las opciones estaban sobre la mesa?, y pensaron que esa sería la próxima carta. Otro factor es que entre la desesperación también se quiso pensar que en la reunión del Grupo de Lima era también para eso y finalmente no se planteó y en el Consejo de Seguridad mucho menos, porque allí hay Estados con poder de veto que tienen intereses que defender y que están relacionados con la gestión de Nicolás Maduro. Son China y Rusia, y lo más que podrían hacer tratar de convencer a Maduro que dé un cambio en la implementación de las políticas a nivel económico, pero no favorecer una intervención militar.
¿Está dado el escenario para una intervención?
Veo poco margen de probabilidad a una intervención militar extranjera porque ello acarrea costos políticos, económicos y militares altos para los gobiernos cuyas fuerzas estuviesen participando en esa intervención, pero la desesperación del venezolano hace que se desee soluciones mágicas e inmediatas, sobre todo por el deterioro de la calidad de vida en los últimos meses. Nunca se habían escuchado tantas voces a nivel internacional como las que ahora se levantan.
¿La solución a la crisis venezolana está en el liderazgo venezolano o en las grandes potencias como Rusia-China y los EE.UU.?
Yo creo que la solución va a tomar mucho apoyo internacional, que hoy está tomando partido en el conflicto venezolano. La realidad es que no es posible resolver la crisis sin apoyo internacional, pero aun con ese apoyo no es suficiente.
Indudablemente deben activarse todas las vías dentro del país para que se produzca un quiebre importante y categórico dentro de las Fuerzas Armadas para que el gobierno entienda que debe dar un paso al costado para la transición. La actual situación no es sostenible por mucho tiempo. Ni para el gobierno, ni para los gobernados, hay que buscar el cambio. Ahora cuál será la resolución o hacia donde nos llevará ese cambio, es algo que no sabemos, lo único que podemos asegurar es que tal como están las cosas es difícil un cambio.
¿Se está produciendo ese quiebre en la FANB? desde el 23F las deserciones de funcionarios van aumentando.
Eso hay que evaluarlo, no se están dando deserciones sino más bien cambios de bandos. Pero se materializan en oficiales de menor rango que son quienes en las FANB tienen las mismas necesidades y padecen las mismas penurias que sufre el resto de la población. Ese cambio se da por parte de oficiales subalternos, es decir muchachos muy jóvenes que probablemente tienen la presión de su grupo familiar por la situación que se vive.
¿Qué hace que el estamento militar se mantiene firme ante Nicolás Maduro?
Los altos rangos tienen una mayor capacidad económica y disfrutan de otras bondades, pueden hacer mercado fuera del país y van a islas del Caribe. Cuando tienen problemas de salud no tienen mayores dificultades para encontrar medicamentos, los militares de altos cargos no piden medicinas por redes, quienes han desertado forman parte del pueblo que sufre.
¿Qué significa que tantos jóvenes dejen las filas militares?
Que las fuerzas militares no son monolíticas, tiene muchísimas fisuras y en algunas áreas tiene profundas fracturas y no hay un reconocimiento claro de liderazgo, ni del militar, y mucho menos del político. Por eso vemos no deserciones sino cambios de bando, porque deciden desconocer la autoridad política de Maduro para ahora reconocer la autoridad de Juan Guaidó.
En medio de este conflicto político ¿Qué le espera al país?
Lamentablemente en el corto plazo una radicalización de la crisis, un deterioro del clima político con mayor agresividad en el discurso y menos posibilidad de reconciliación y acercamiento.
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